Empecé a ver Nadie quiere esto por sus buenas críticas y sus protagonistas: Kristen Bell (Veronica Mars, la narradora de Gossip Girl) y Adam Brody (el inolvidable Seth Cohen en The OC).

Me quedé por sus guiones ágiles, su temática actual y la duración de sus capítulos, de en torno a media hora.
Joanne es una mujer moderna y agnóstica que tiene un podcast con su hermana sobre relaciones sentimentales y sexo.
Noah es un joven rabino que, tras años con su novia, descubre que no quiere seguir con ella y la deja.
Se conocen en una cena en casa de una amiga común y la atracción es instantánea. Sin embargo, deben superar múltiples prejuicios de sus entornos para estar juntos.
¿Puede él ascender en su trabajo estando con alguien que no es judío? ¿Puede ella convertirse a su religión?

Los secundarios son sensacionales. Comenzando con los hermanos de ambos y su incipiente amistad, siguiendo con los padres divorciados de Joanne y terminando con la malvada cuñada y la brujísima suegra.
Me ha sacado más de una sonrisa y he agradecido que la edad del reparto sea algo superior a la que nos tienen acostumbrados en este tipo de productos.
El único punto negativo es que, en algunos momentos de la trama, da la impresión de que sólo Joanne tiene que adaptar sus costumbres y creencias para llevar adelante su historia de amor.
Está renovada para una segunda temporada que espero con ganas.
Como curiosidad, los dos actores principales tienen, en la vida real, parejas que han intervenido en series icónicas. Concretamente, Dax Shepard (Crosby Braverman en Parenthood) y Leighton Meester (la maravillosa Blair Waldorf en Gossip Girl), quien ya ha confirmado que aparecerá en la segunda temporada como una archienemiga de la adolescencia de la protagonista.
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