La tercera, y última, temporada de Sanditon supone el final de la historia. Siendo su punto de partida una novela inconclusa de Jane Austen, el desenlace no podía ser otro que un par de matrimonios.
Los primeros capítulos vimos pasar por el altar a Esther Denham y Lord Babington y, más adelante, a Alison Heywood y al capitán Fraser. Ahora les llega el turno a Charlotte y Georgiana Lambe. Sin embargo, antes de las esperadas bodas, ambas tienen que resolver varios asuntos.
En el caso de Miss Lambe, debe enfrentarse a los que cuestionan que sea la heredera legítima de su padre, reencontrarse con su madre y con su primer amor.
Durante este periodo, también mantiene un compromiso de conveniencia con el ilustre, pero pobre, Lord Montrose que, en realidad, es homosexual y está enamorado de Arthur Parker. Esta es, sin duda, la trama más rompedora, teniendo en cuenta la época en la que se sitúa la acción.
Para defender a Georgiana en su litigio, aparece Samuel Colbourne, abogado y hermano de Mr Colbourne, quien, a su vez, establece una relación con Lady de Clemont, a la que recordamos de los inicios de la serie como confidente de Charlotte y amante del rey.
Por su parte, la heroína Charlotte se conforma con una vida junto al soso y bondadoso Ralph, aunque todos sabemos que Mr Colbourne y ella se aman.
Sus caminos, como no podía ser de otra manera, se cruzan continuamente. Especialmente, cuando luchan para salvar el honor de la joven Augusta Markham, que ha caído en las garras de un ¿redimido? Edward Denham.
Los giros de este personaje y la reaparición de un antiguo pretendiente de la anciana y enérgica Lady Denham añaden un toque de interés a esta tanda de episodios.
Respecto a Charlotte y Mr Colbourne, por fin se dejan de líos y acaban juntos y felices.
Un buen cierre, pero sigo echando de menos a Sidney Parker, con quien tenía mucha más química.
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