Cuando anunciaron la precuela de La casa de papel decidí darle una oportunidad porque los creadores realizan unas tramas muy elaboradas y originales.
Sin embargo, había dos cosas que me echaban para atrás. Por una parte, las últimas temporadas de la exitosa serie de atracos, en las que perdieron el rumbo original y aumentaron exponencialmente los niveles de violencia. Por otra, el personaje protagonista de este nuevo producto: Berlín. Es tremendamente inteligente, carismático y está magistralmente interpretado, pero me genera repulsión.
Después de ver su primera temporada (está oficialmente renovada tras su gran éxito) diría que tiene un poso a La casa de papel, con su identidad propia.
El aficionado a las series de ladrones, probablemente, se sentirá decepcionado. Hay un robo y está muy bien ejecutado, aunque no es, ni mucho menos, el eje central de la historia. Las relaciones sentimentales y vidas privadas de su elenco ocupan muchos más minutos de metraje que la fechoría.
¿A quiénes tenemos en el equipo de Berlín? Un grupo de actores reconocidos como Michelle Jenner (Los hombres de Paco, Isabel), Tristán Ulloa (Gran Reserva, La catedral del mar), Begoña Vargas (La otra mirada, Bienvenidos a Edén) y el nuevo chico de moda Julio Peña (A través de mi ventana).
Además, nos reencontramos con las inspectoras Raquel Murillo (posteriormente Lisboa) y mi admirada Alicia Sierra.
No tiene un ritmo trepidante, pero entretiene y es más luminosa y positiva que el producto original. Me apunto a ver sus nuevos capítulos.
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