Terminábamos la tercera temporada de "Virgin River" ("Un lugar para soñar") con una gran incógnita: ¿quién era el padre del bebé que está esperando Mel? El último capítulo de la cuarta temporada desvela el enigma: es una niña hija de Jack.
A la alegría por la paternidad futura, se añade ahora otro bombazo: Charmaine asegura, en la escena final, que Jack no es el padre de sus gemelos en ese embarazo que nunca termina.
Recapitulando, Jack era el futuro progenitor de hasta tres criaturas y ahora sólo lo será de una. A priori esto, sumado a la petición de matrimonio aceptada por Mel, a su paso por terapia y a sus nuevos negocios, simplifica su vida, pero los guionistas tendrán preparadas nuevas historias porque ya se está rodando la quinta temporada.
¿Cómo le ha ido al resto de personajes? Brady demuestra su inocencia y afianza su relación con Brie, aunque dos nubes negras se ciñen sobre ellos: el violador de Brie, que tiene la enorme cara de presentarse en Virgin River, y la nueva narcotraficante, que más bien parece sacada de "Las chicas de oro".
Agradecemos enormemente la vuelta de Hope, quien está centrada en su recuperación, y Preacher empieza una nueva relación, pero Paige y su hijo siguen pululando por allí.
Ricky se despide para ir a luchar con los marines y Lizzie intima con Denny, quien confiesa que tiene una enfermedad terminal. El drama está servido.
"Virgin River" sigue su línea un tanto dramática, aunque sin grandes sobresaltos y las tramas de este pueblo dan para unas cuantas entregas más.
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