Las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como "El Cid" y "El Campeador", han llegado desde la Edad Media hasta nuestros días gracias al "Cantar del mío Cid".
Hay diversas adaptaciones audiovisuales a la vida del personaje, pero la más famosa es la película protagonizada en 1961 por Charlton Heston y Sofía Loren.
Prime Video ha recuperado la figura de este guerrero a través de una serie que se centra en su juventud. Con una primera temporada compuesta por cinco episodios y renovada por una segunda, que se estrena el 15 de este mismo mes, confieso que me acerqué a la misma con cautela.
¿El motivo? La elección de su protagonista. Jaime Lorente me ha gustado en sus papeles de macarra en "Élite" y "La casa de papel", pero me costaba imaginármelo como un héroe gallardo. Desafortunadamente, tenía razón en mis cautelas iniciales y su actuación no me ha convencido.
No así la del resto del reparto, en el que nos encontramos a una Lucía Guerrero a la que no veía desde "Luna. El misterio de Calenda" y que aquí es la mítica Jimena.
Sin embargo, "El Cid" es mucho más que el retrato de Rodrigo Díaz de Vivar. Refleja una corte, la leonesa, llena de intrigas y desde la que se domina Castilla, Galicia, Zaragoza (a través de acuerdos con los musulmanes)… Los reyes Sancha y Fernando están espectaculares con una historia de desconfianza y amor.
Además, sus cinco hijos dan mucho juego especialmente Sancho, el mayor de los varones y supuesto heredero; Alfonso, el segundo, que empieza a verse con opciones al trono; y una Urraca a la que no detendrá nada ni nadie con tal de lograr sus objetivos.
No podían faltar tampoco la nobleza y la iglesia, encarnados por el conde de León y el obispo. Dos auténticos tiburones con intereses propios.
¿Dónde se sitúa el Cid entre todos ellos? Es nieto de Rodrigo, que es vasallo del conde, y, a su vez, sirve como escudero al infante Sancho. Todo esto le colocará en el centro de las conspiraciones palaciegas.
La acción no avanza en exceso durante esta temporada, pero el cierre es abierto y queda mucha historia que contar aún. Entre otras cosas, de dónde viene el sobrenombre de "El Cid", ya que aún sólo hemos llegado al de "El Campeador".
Ideal para los amantes de las series de aventuras medievales.
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