"Sweet Magnolias" ha vuelto con una segunda temporada de un ritmo más pausado en la que la acción se concentra, prácticamente, en los dos capítulos finales. Si tuviésemos que definir el grueso de lo que les ocurre al trío de mujeres protagonistas de la serie en estos episodios diríamos que, en el pueblecito de Serenity, la vida sigue igual.
Maddie y Cal afianzan su relación y ella será, junto a sus dos amigas, impulsora de una campaña para derrocar al alcalde y mejorar el día a día en la localidad. En el último capítulo los guionistas se sacan de la manga, sin venir a cuento, que el entrenador es una persona violenta. Esperemos que no sea una de las tramas a desarrollar.
Dana Sue da una segunda oportunidad a su ex Ronnie, aunque recobrar la confianza en él no será tarea sencilla.
Helen lucha por su sueño de ser madre e inicia una pausada relación con Erik. Sin embargo, a última hora, Ryan reaparece asegurando que sí quiere ser padre y le pide matrimonio. ¿Qué responderá? Erik es una buena persona, aunque un tanto falto de sangre en las venas, así que me decantaría por Ryan.
En cuanto a los hijos adolescentes Annie inicia una relación con Jackson, Tyler rompe con CeCe y busca su hueco en una vida sin béisbol y Kyle deja a un lado su habitual amargura para hacer nuevas amistades y abrirse al amor.
Por último, serán los secundarios donde veamos el auténtico bombazo de la trama: el cocinero Isaac conoce a sus padres biológicos que son la periodista Peggy y Bill Townsend, el ex de Maddie. Bill es, a su vez, padre de la hija de Noreen, que por fin da a luz y que comparte casa con Isaac.
Todo esto dará mucho juego en un futuro: ¿cómo se tomará Noreen que su amigo Isaac sea hijo de Bill? ¿Cómo se tomarán los hijos de Maddie la noticia de que tienen un nuevo hermano? Y, sobre todo, ¿es Bill Townsend el padre de todo Serenity?
Netflix ha confirmado la renovación de “Sweet Magnolias” para una tercera temporada y sus seguidores esperamos respuestas.
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