Cuando una serie encara su cuarta temporada se ve en la obligación de ofrecer cosas distintas a su público. "Élite", la apuesta nacional de Netflix que combina adolescentes mimados y misterio, empezó su andadura con un asesinato por esclarecer y finalizó con otro antes de estos nuevos capítulos.
Con un porcentaje tan alto de muertes entre sus personajes y con parte del elenco que abandonaba el proyecto, tocaba innovar en su cuarta tanda. ¿Lo han hecho? Más bien a medias.
Para empezar, han introducido nuevas caras algo vital tras la desbandada sufrida. Entre ellas destacan la familia Blanco, compuesta por el padre y director del colegio y por los trillizos Ari, Mencía y Patrick.
Por Ari se pelearán Samu y Guzmán en un triángulo que resulta forzado por la nula sintonía que demuestra ella con el segundo, que es su supuesta pareja oficial. Desde la marcha de Nadia, Guzmán no ha sido capaz de encontrar su sitio y su marcha con Ander es una salida con sentido.
Mencía y Rebeca protagonizarán la primera relación lésbica de la serie, pero la trama de prostitución de menores con Armando no se sostiene por falta de lógica y resulta cargante.
La pareja de Ander y Omar se convertirá en una especie de trío al introducirse Patrick entre ellos. Otra historia que se convierte en un tanto repetitiva y que avanza más bien poco.
Por último, Cayetana descubrirá que los cuentos de hadas no existen gracias al príncipe desteñido Phillipe, que entiendo no continuará en los nuevos episodios.
¿Seguiré con "Élite" en su quinta temporada? No tengo respuesta, puede que sí porque se ve rápido y es ligera, aunque ha perdido la originalidad y frescura de sus inicios.
Comentarios