La tercera temporada de "The Mandalorian" me ha gustado menos que sus predecesoras. Las dos primeras mezclaban elementos de western espacial y road movie y esta tiene una trama más densa y se me ha hecho más larga.
La historia arranca tras los acontecimientos de "El libro de Boba Fett", por lo que aquellos que no hayan visto el spin-off no entenderán qué sucede entre el final de la segunda temporada y el arranque de la tercera.
El mandaloriano vuelve a su planeta para bañarse en sus aguas y redimirse, siguiendo las directrices del credo cuyo lema es: “este es el camino”. Cuenta con el apoyo del fiel Grogu, quien sigue siendo de lo mejor de la serie y que encuentra una forma de crecer al manejar el droide IG-11.
Bo-Katan se convierte en un personaje principal. Gran apoyo del dúo protagonista y líder de las distintas facciones mandalorianas.
Son, precisamente, los mandalorianos los que protagonizan esta tanda de capítulos: su credo, sus facciones, su planeta... Y, por supuesto, sus enemigos como el malvado Moff Gideon que reaparece.
Está renovada para una cuarta temporada, aunque la acción queda más o menos cerrada. Esperemos que retome su anterior ritmo. Mientras tanto, y para no abandonar el universo Star Wars, este mismo mes llega Ahsoka.
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