La saga de los Bridgerton ha tenido su primer spin-off con La reina Carlota. No es la adaptación de ninguno de los libros y es una historia original, con un principio y un final, con personajes que ya conocíamos de la serie.
Se centra en la figura de la reina Carlota de Mecklenburg-Strelitz y juega con dos líneas temporales. Por una parte, su llegada a la corte para su matrimonio con el rey Jorge III y, por otra, la misma época en la que suceden los acontecimientos de los Bridgerton, donde la reina, ya madura, busca un heredero que asegure el futuro de la monarquía.
Vemos la evolución de su relación con el rey, desde su primer encuentro, su matrimonio, su descendencia y cómo afrontan ambos su enfermedad mental. Esto es algo que ya conocíamos por los Bridgerton: que el soberano estaba enfermo y que ambos se profesaban un gran amor.
La otra trama es la de lady Danbury de la que conocemos sus orígenes, su juventud y las renuncias que realizó para mantener su independencia, con apariciones estelares de Violet Bridgerton. Este argumento me ha resultado más interesante que el central por ser más inesperado.
Con seis capítulos, dos menos que una temporada habitual de los Bridgerton, la acción queda cerrada y no tendría sentido alargarla.
El tono es más dramático que el de la serie original y se echa en falta un poco de su ligereza. Afortunadamente, ya estamos en la cuenta atrás para la tercera temporada con Penélope y Colin como protagonistas.
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