Si en la segunda temporada de "Virgin River" ("Un lugar para soñar") hablábamos de que los secundarios ganaban peso, en esta han continuado la misma senda ampliando incluso el elenco.
Los protagonistas, Mel y Jack, inician por fin una relación oficial que tiene los clásicos problemas de convivencia y otro bastante más grave: él va a ser padre de gemelos con otra mujer y ella quiere ser madre a toda costa.
Terminamos con Mel embarazada, aunque no sabemos si de Jack o del esperma congelado de su difunto marido. Ahí es nada...
En cuanto a los secundarios, Hope desaparece del elenco y desconocemos si volverá, porque la dejamos debatiéndose entre la vida y la muerte. Esto aumenta la visibilidad de Muriel y su amistad con Doc.
Lilly y su cáncer incurable, y posterior fallecimiento, ponen la nota lacrimógena, ya que deja a sus hijas Tara y la bebé Chloe desamparadas.
La hermana de Jack, Brie, llega a Virgin River con una mochila cargada de problemas y traumas. Iniciará una relación sentimental con el malote Brady. Esta es una de mis parejas favoritas y creo que la acusación de atacar a Jack que le imputan a él es falsa. Veremos si el tiempo me da la razón.
Charmaine y su embarazo gemelar eterno pierden interés y se casa con el retorcido Todd, lo que hará que Jack tenga que luchar por la custodia de los futuros bebés.
Lizzie y Ricky ven su historia peligrar por la llegada de un ex novio de ella y el ingreso en los Marines de él.
Por último, Preacher será socio de Jack y sigue inmerso en la turbia trama de Paige y su hijo.
Ya está renovada para una cuarta y quinta temporada y se espera que vuelva este mismo año con nuevos personajes, como el supuesto nieto de Doc.
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