Los minutos finales de la segunda temporada de "El Cid" son apoteósicos con el héroe maldiciendo al rey.
Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí partiendo de un Ruy que siempre se ha mantenido leal a Sancho?
El punto de partida son las coronaciones. Antes de su muerte Fernando reparte el reino entre sus cinco hijos: a Sancho le corresponde Castilla, a Alfonso León, a García Galicia y a Urraca y Elvira los señoríos de Zamora y Toro, respectivamente.
Los vasallos tienen que decidir a quién son fieles y Ruy sigue a Sancho, que le recompensa nombrándole caballero.
Por su parte la reina Sancha, madre de los cinco infantes, tratará de mediar entre los hermanos y evitar rencillas, pero una discusión con Urraca pondrá fin a su vida y convertirá a la primogénita en asesina de sus dos progenitores.
Así las cosas, empezará la guerra. ¿La excusa? La invasión de unos señores gallegos a tierras de Toro. Sancho tomará Galicia y, posteriormente, León gracias a la ayuda de El Cid.
Sin embargo, Urraca y Alfonso conseguirán huir de sus garras y su sed de venganza hará que sitie Zamora para derrocar a su hermana.
El personaje de Urraca es, sin duda, el más fascinante de la serie. Si en la primera temporada brillaba por su ambición y su falta de escrúpulos, en esta muestra más claroscuros. Tiene remordimientos tras la muerte de su madre y se ofrece a sacrificarse por sus vasallos. Además, la relación con Ruy evoluciona y, pese a ser enemigos, ambos reconocen una admiración mutua.
También destacan secundarios de la primera temporada y nuevas incorporaciones, como Amina que luchará contra su destino, la reina Alberta que pone un contrapunto cómico, Elvira que es todo bondad y dulzura, y García que demuestra coraje en batalla.
Sin olvidar la historia de amor del héroe con Jimena y es que, tras muchas idas y venidas, ambos acabarán confesándose sus sentimientos.
Estos capítulos tienen más acción y avanzan más rápido que los primeros. Espero que tengamos más noticias de estos personajes porque la trama da mucho más de sí.
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