Siete capítulos, con un principio y un final, y un reparto encabezado por Reese Witherspoon, Nicole Kidman y Shailene Woodley, con secundarios de la talla de Alexander Skarsgård, Zoë Kravitz, James Tupper y Laura Dern. Estas son, por si solas, razones de peso para ver 'Big little lies', una de las grandes apuestas de la HBO para esta temporada, basada en una novela con el mismo título.
Si a esto le añadimos una trama interesante y una escenografía que debería ser clara y soleada, pero que, en ocasiones, es tan oscura que resulta asfixiante tendremos un cóctel perfecto y una de las series más cuidadas que he visto en mucho tiempo.
Vayamos al grano. En el tranquilo pueblecito de Monterey ha sucedido un asesinato en una fiesta benéfica de padres de un colegio. No sabremos qué personaje es el asesinado, ni quién es el asesino, hasta las escenas finales de la serie. Los guionistas juegan constantemente al despiste hasta dar la impresión de que cualquiera puede ser la víctima o el verdugo. No resolveré el enigma porque quitaría mucha gracia, sólo diré que me ha gustado y que había una parte que podía prever y otra que no.
Mientras tanto descubrimos a las protagonistas, que tienen en común que son un grupo de madres cuyos hijos, de unos seis años, van a la misma clase. La historia empieza el primer día de curso. Madeline Mackenzie, una verdadera institución en el lugar, conoce a Jane Chapman, una madre soltera que se ha mudado recientemente, y simpatiza con ella al instante. Por ello decide brindarle su amistad y unirla al binomio que forma con su mejor amiga Celeste Wright.
Desde el inicio queda claro que Jane esconde un secreto, pero las vidas de Madeline y Celeste parecen idílicas desde fuera, ya que ambas son amas de casa adineradas. La primera está casada (en segundas nupcias) y es madre de la pequeña Chloe y de la adolescente Abigail, fruto de la unión con su exmarido Nathan. Este, por su parte, se ha vuelto a casar con la hippy Bonnie y es también padre de una niña que va a clase con Chloe. En el caso de Celeste su matrimonio es considerado por sus amigas como "apasionado" y son padres de unos gemelos.
Sin embargo, a medida que nos adentramos en la trama descubrimos que no es oro todo lo que reluce y que tras esa fachada perfecta se esconden serios problemas. La calidad del elenco hace que el nivel interpretativo sea muy alto. Me ha conquistado especialmente el personaje de abeja reina de Madeline, a la que encarna Reese Witherspoon.
Reconozco que, antes de empezar a verla, pensé que me iba a recordar a 'Mujeres desesperadas', aunque el tono, mucho más sombrío, hace que tengan pocas similitudes. Sí se parecen en que son historias protagonizadas por mujeres y en que ambas destierran el mito de que somos nuestras peores enemigas y apuestan por mostrar la verdadera amistad femenina.
Si a esto le añadimos una trama interesante y una escenografía que debería ser clara y soleada, pero que, en ocasiones, es tan oscura que resulta asfixiante tendremos un cóctel perfecto y una de las series más cuidadas que he visto en mucho tiempo.
Vayamos al grano. En el tranquilo pueblecito de Monterey ha sucedido un asesinato en una fiesta benéfica de padres de un colegio. No sabremos qué personaje es el asesinado, ni quién es el asesino, hasta las escenas finales de la serie. Los guionistas juegan constantemente al despiste hasta dar la impresión de que cualquiera puede ser la víctima o el verdugo. No resolveré el enigma porque quitaría mucha gracia, sólo diré que me ha gustado y que había una parte que podía prever y otra que no.
Mientras tanto descubrimos a las protagonistas, que tienen en común que son un grupo de madres cuyos hijos, de unos seis años, van a la misma clase. La historia empieza el primer día de curso. Madeline Mackenzie, una verdadera institución en el lugar, conoce a Jane Chapman, una madre soltera que se ha mudado recientemente, y simpatiza con ella al instante. Por ello decide brindarle su amistad y unirla al binomio que forma con su mejor amiga Celeste Wright.
Desde el inicio queda claro que Jane esconde un secreto, pero las vidas de Madeline y Celeste parecen idílicas desde fuera, ya que ambas son amas de casa adineradas. La primera está casada (en segundas nupcias) y es madre de la pequeña Chloe y de la adolescente Abigail, fruto de la unión con su exmarido Nathan. Este, por su parte, se ha vuelto a casar con la hippy Bonnie y es también padre de una niña que va a clase con Chloe. En el caso de Celeste su matrimonio es considerado por sus amigas como "apasionado" y son padres de unos gemelos.
Sin embargo, a medida que nos adentramos en la trama descubrimos que no es oro todo lo que reluce y que tras esa fachada perfecta se esconden serios problemas. La calidad del elenco hace que el nivel interpretativo sea muy alto. Me ha conquistado especialmente el personaje de abeja reina de Madeline, a la que encarna Reese Witherspoon.
Reconozco que, antes de empezar a verla, pensé que me iba a recordar a 'Mujeres desesperadas', aunque el tono, mucho más sombrío, hace que tengan pocas similitudes. Sí se parecen en que son historias protagonizadas por mujeres y en que ambas destierran el mito de que somos nuestras peores enemigas y apuestan por mostrar la verdadera amistad femenina.
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