Anoche
Telecinco puso punto y final a una de sus ficciones más exitosas de los últimos
tiempos: 'El Príncipe'. Sus creadores han explicado que concibieron desde el
principio la serie para que únicamente tuviese dos temporadas. Claramente ha
sido un acierto porque han evitado que las tramas se agotasen tras alargarlas
hasta la extenuación.
En
mayo de 2014, al finalizar la primera temporada, publiqué la entrada "El Príncipe: donde todo termina en agua salada", en la que hacía una presentación
de lo que era la serie. Entonces comentaba que el último episodio de esa tanda
había reunido a más de seis millones de personas delante del televisor. Ayer se
alcanzaron los 5,2 millones de espectadores, una cifra más que respetable
teniendo en cuenta que vivimos tiempos de audiencias cada vez más fragmentadas
y que internet da la posibilidad de verlo en otro momento.
Telecinco
decidió dividir la segunda temporada en dos partes y emitirlas en épocas
distintas. La primera parte se asemejó, sobre todo, a un juego de espías y
estuvo muy centrada en las guerrillas internas del CNI. Tengo que admitir que me
resultó un tanto tediosa. La segunda, y última, parte ha vuelto a sus orígenes
al volver a centrarse en la historia del terrorismo islámico. En este sentido,
ha sido sobrecogedor comprobar, tras los últimos atentados en Paris y Bruselas,
como el argumento se acercaba cada vez más a la realidad.
Los
giros de las tramas no han sido tan sorprendentes durante esta etapa, pero es
perdonable porque los últimos capítulos han mantenido un ritmo trepidante. Así
ha sido hasta alcanzar el esperado final…
¿Qué
nos ha deparado ese final? Como en tantas otras series ('90210', 'Mujeres Desesperadas', 'Tierra de Lobos', 'Friday Night Lights'…) una decepción. Aviso
para navegantes: spoilers de aquí en adelante.
Para
empezar el episodio se hacía larguísimo, daba la impresión de que le sobraban
minutos por todos los lados. Además, la historia de los adolescentes (y no tan
adolescentes) radicales que, sin tener nada planeado, asaltan la comisaría y se
pasean por las calles de Ceuta metralleta en mano, parecía más bien sacada de
un relato de ciencia ficción. Siguiendo la lógica/el ritmo de los guionistas para
preparar un atentado así haría falta, aproximadamente, una temporada, no una
simple llamadita de móvil.
En
cuanto al destino de los protagonistas, estaba claro desde los inicios que iban
a acabar en un baño de sangre. Sinceramente, en eso no resultaron nada
sorprendentes. Se cargaron a Fran y Fátima, esto es, dos de los tres personajes
principales y dejaron solo y desolado a Morey.
Podréis
alegar, y con razón, que soy excesivamente fan de los finales felices, pero
estaréis conmigo en que, en este caso, hubiese resultado más original. Además,
hubiera sido un guiño y un reconocimiento al aguante al sufrimiento que han
demostrado tener los seguidores de la serie.
En
definitiva que, tal y como vaticinaba Fran durante el primer capítulo,: "en 'El
Príncipe' todo acaba en agua salada: en lágrimas o en el mar". En este caso en
ambas.
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